domingo, 22 de febrero de 2009

Valter Hugo Mãe

Valter Hugo Mãe nació en Angola en 1971. Fue vencedor del premio José Saramago con la novela O Remorso de Baltazar Serapião (Editorial Quidnovi, 2006). Autor también de la novela O Nosso Reino (Editorial Temas & Debates, 2004). Entre sus diversos libros de poesia cabe destacar: Bruno (Littera, 2007); Pornografia erudita (Edições Cosmorama, 2007); Livro de Maldições (Objecto Cardíaco, 2006); Útero (Quasi, 2003); A Cobrição das Filhas (Quasi, 2001) y Três minutos antes de a maré encher (Quasi, 2000).Su poesía está traducida y editada en antologías o libros independientes en países como Brasil, República Checa, Túnez, Israel, Alemania, Suiza, Francia, Eslovenia, Estonia. Estados Unidos y España.Se dedica de forma esporádica a las artes plásticas, habiendo realizado su primera exposición, titulada O Rosto de Gregor Samsa, a finales de 2006.

cuando conversan son

paisajes dentro

de ancianos o visiones

de almas al borde del

infierno

se sientan sobre los niños

de piernas abiertas

para silenciarlos también, incendiarias,

los cuerpos brotando

como hongos

anhelan expuestas,

observando, el miasma

anuncia tu migración

los viejos regresan, más

intensos aún, y suben a las

altas piedras

como monstruos en llamas

De útero. Quasi Edições, 2003.

La imagen es un grabado de Escher

jueves, 19 de febrero de 2009

Cuando uno tiene que tomar una decisión crucial, en esos instantes en que parece que todo se desploma, es cuando sabe que la vida, la individual y la de la especie, no es sino mero accidente. Pura fatalidad. En esos momentos importan tres narices la poesía, porque jamás salvará nada. La teoría de la relatividad, porque sólo se desea un absoluto: la cima o la sima. La música, porque su armonía te hace más evidente aún el puro desequilibrio. Y la decisión no es sino un alambre delgadísmo que separa dos mitades de puro miedo. Lo vivido, para qué. Lo por vivir, para qué. Y por mucho que uno se empeñe, no puede refugiarse en el pasado. No, esos días azules y ese sol de la infancia (Antonio Machado) ni irradian ni calientan. Tampoco puede cobijarse en el presente, En el alambre. En el alambre que escinde y mutila. Mucho menos esperar nada de los improbables paraísos del futuro. Los paraísos en realidad son como esos complejos playeros, esos guetos del lujo : sales de ellos y te topas de bruces con la miseria de la realidad. Así que este daiquiri va por ustedes. Y por la vida. Esa fatalidad