domingo, 25 de abril de 2010

¿Aún estamos con ésas, hermano? El mapa

de Europa siempre incompleto, idas y venidas, fronteras

y el mínimo común divisor, puntos de apoyo tan frágiles

como el hielo en el instante de derretirse.

Debía moverme con tacto de ciego,

buscar palabras lazarillos, sumar los pasos

que dura una calle, los ángulos de los valles

en V de cada cordillera.

Lo dejé, llevaba demasiado tiempo y no se trababa de un juego

aunque cada tarde jugara. Apostar a perder

era la manera de multiplicar por cero las ganancias.

La única certeza.

Relumbre de relámpagos en el cielo de invierno,

el momento de la revelación. Enero pasará muy rápido,

lo celebraremos la próxima vez, es fácil,

el mañana aún no está.

Celebrarlo igual que matizamos este verso

y los siguientes, vestirlos con ropa de faena

o de tiempo real. ¿No es cierto?

El sobre sin remite: este presente.